martes, 26 de enero de 2010

Década nueva por partida doble

Y se llego el 2010! Parece increíble que ya fueron 10 años desde las escandalosas historias sobre la llegada del fin del mundo que ocurrirían con el cambio de siglo en 1999. ¿Quien iba a creer por aquellas épocas que la primera vez que celebraría el año nuevo sin mi familia seria en un país musulmán al otro lado del mundo?.
Pues si, tengo que confesar que a principios de Diciembre me quiso entrar el sustito por no poder estar en Cali, y celebrar el Año nuevo después de unas buenas fiestas de Feria de salsa. Pero el sustito no valió la pena porque el 31 de Diciembre no tuve ni tiempo para pensar en eso.

Mi empresa organizo una de las fiestas privadas de Año nuevo en el Radisson, uno de los mejores hoteles del país, y vaya que me sirvió para mantenerme ocupada toda la noche y, por supuesto, divertirme. Me responsabilizaron del cronograma de la fiesta: que todo este a tiempo, de estar pendiente del Maestro de ceremonia, de los DJs, de la bar tender, y de los otros shows. Lo que me gano unos cuantos cocteles gratis y varias canciones a mi nombre; además de unos saludos especiales a la gente de Colombia!



Pero lo mejor de la noche no fue ni la música, ni el trago, ni la decoración, ni mi trabajo… fue la posibilidad de hacer el conteo regresivo para el Año nuevo 2 veces! Si señoras y señores, eso solo se vive en Bangladesh! Pero como?
Pues resulta que la hora de verano nunca fue cambiada a la hora de invierno. Por lo que a la Primera Ministra le pareció muy conveniente hacer el cambio, de retroceder el reloj una hora, justo a las 11:59:59pm del 31 de Diciembre del 2009. O sea que la celebración del Año nuevo es algo así como que: “Hagamos el conteo regresivo, pero no lo terminemos, porque a las 12 no son las 12 sino las 11 otra vez. O sea que sigue siendo el año viejo, o mejor dicho, el actual”.

Menos mal y esto no sucedió en Colombia, porque sino los niños se habrían quedado con las ganas de quemar el año viejo, las abuelas con las 12 uvas en la mano y a las tías les habría tocado poner el disco de “Faltan 5 pa’ las doce” dos veces.

En fin, cuando llego el ano nuevo de verdad, que aun y así fue 11 horas antes que en Colombia, cayeron serpentinas, volaron los abrazos y los buenos deseos de prosperidad. Y aunque no fue lo mismo que en mi tierrita del café, no falto el sentimiento general de que un nuevo año empezaba y con él una nueva oportunidad para alcanzar aquellas metas que no se lograron en el anterior. El 2010 es un numero bonito (o por lo menos a mi me gusta), asi que con todo porque este año es grande!

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